DE PELÍCULA (CONTINUACIÓN DEL POST ANTERIOR)

Quienes vieron la película El Aro, entenderán esa frase espeluznante cuando por teléfono una voz terrorífica le decía a los protagonistas “seven days”. Bueno, pues algo parecido me pasó en mi viaje a mi nuevo hogar; mi película de terror se llamaSiete vuelos en Siete días, y lastimosamente no tiene el patrocinio de ninguna aerolínea (porque como lo dije en el post anterior, citicos ellos que no tuvieron la culpa de nada)
Continuando con mi itinerario aéreo, una vez llegué a Flagstaff, traté de maximizar el tiempo y poder por lo menos cumplir al 40% los planes que tenía para mis cuatro días que terminaron reducidos a un día y medio. Tuve la oportunidad de ir a Sedona, verme con algunos de mis viejos amigos, salir a rumbear a los bares de moda, aprovechar para coquetear con un mexicano de bota y sombrero,  pasar por los lugares emblemáticos y desatrazarme de 7 años con Rubén.
Para no perder la costumbre, tomé un shuttle camino al aeropuerto y para nuestra sorpresa nos tocó desviarnos porque había un accidente. lo que normalmente toma 2 horas de viaje de Flagstaff a Phoenix, nos tomó esta vez 4 horas… no! pero no se asusten antes de tiempo que esta vez no perdí mi vuelo!!! De nuevo para no perder la costumbre estaba retrasado una hora (Alabado sea Dios que se retrasó este vuelo)
Llegada a Los Ángeles, tuve que hacer una fila de 1 hora en el counter  de la aerolínea. Ya una vez organizada en el avión me dispuse a saludar a mis dos compañeras de silla pero respondieron con una sonrisa y varios sonidos impronunciables  para una hispanohablante; con esto entendí que tendría que ver películas todo el vuelo.
El vuelo de 13 horas fue realmente ameno; la comida deliciosa, las películas muy buenas y mi capacidad de enroscarme en un mismo lugar me permitió dormir 8 horas seguidas (algo imposible para la mayoría de las personas) así que si me preguntan por el jet lag hasta ahora lo he sentido muy poco.
Aterrizamos en Seúl con un diluvio encima, hice mi escala de 4 horas y ya me encontraba de nuevo abordando otro avión. Pensé que esta vez si iba a hacer amigos en el avión, pero una vez más la persona a mi lado emitió sonidos extraños; sonaba a algo como “jiuoo nuu aaaaAAhhhháááá”, nunca supe que trató de decirme así que esta vez fui yo quien respondió con una sonrisa y me dispuse a ponerme mis audífonos.
7 días después de salir de casa, 7 vuelos diferentes, 30 horas en aeropuertos y 27 horas montada en un avión, hoy amanezco en el futuro con toda la expectativa del mundo y con ganas de comerme el mundo (pero a los chinitos no porque aunque muchos digan que el tamaño no importa yo considero que si!)

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